LEY CELÁA Y EL DEBATE DE LA INCLUSIÓN
El concepto de inclusión de la ley Celáa podrá suponer la discriminación para muchos niños si ello significa el cierre de centros de educación especial
La reciente aprobación de la ley Celáa destapa el debate sobre la inclusión o la necesidad de mantener abiertos los centros de atención y educación especial. Son muchos los interrogantes que ahora se plantean. El mayor temor no sólo es perder calidad en la enseñanza, sino que los niños con necesidades especiales no lleguen a estar bien ni a integrarse adecuadamente dentro de un grupo de niños neurotípicos. Y todo este temor está muy fundado, ya que se sabe que los niños con alguna alteración neurobiológica son candidatos de riesgo para padecer problemas de integración y dificultades sociales como el acoso escolar o el ciberacoso.
Aunque desde el gobierno se insiste en que la medida busca dotar a los centros ordinarios de capacidad y recursos para atender a todas las necesidades educativas, este argumento no convence a todos. Muchos temen perder la libertad para elegir la educación que quieren para sus hijos.
Los niños con necesidades especiales o dificultades de aprendizaje son candidatos potenciales con mayor probabilidad de padecer bullying o acoso escolar.
Entre los padres existe miedo de perder la libertad de elegir cómo y dónde educar a sus hijos
El riesgo de la exclusión a través de la inclusión
La integración total supone un riesgo de para los niños con necesidades especiales. Estos, por un lado, por sus peculiares características o problemas de desarrollo, requieren de programas de educación específico adaptados para sus necesidades de aprendizaje. Y por otro, a nivel social pueden presentar otro tipo de necesidades distintas a las de los niños neurotípicos. Para empezar, son más vulnerables a la estigmatización y al abuso por parte de sus compañeros en forma de acoso escolar o ciberacoso
Desde la Confederación Asperger España, por ejemplo, dan fé de las necesidades especiales que presentan no pocos niños. Estando ya los niños en muchos casos integrados en aulas normales, son muy conscientes de la existencia de casos de discriminación a niños con discapacidad social y organizativa. Lo consideran incluso una realidad invisible. “Debemos hacer visible que hay personas con una inteligencia promedio y lenguaje formal adecuado, pero cuya diversidad en el procesamiento de los estímulos las hace merecedoras de protección y apoyo social por su vulnerabilidad en nuestro medio social”, expresan desde esta organización.
Reflexiones sobre la inclusión obligatoria
-Ni todos los padres ni todos los profesores abogan por una integración total, sino atendiéndose a la tipologíade cada caso.
-Meter a todos los niños con problemas de desarrollo «en el mismo saco» es un error, ya que cada niño requerirá una educación adaptada a sus necesidades especiales
-La verdadera integración que persiguen los padres es la de dar la mayor autonomía a sus hijos para que consigan salir adelante cuando sean adultos y ellos no estén ahí para ayudarlos
-Cualquiera que sea la ley educativa que se aplique, no debe obviar la relación entre discapacidad y bullying
Los detractores de la Ley Celáa temen por varias cosas:
–La desaparición del castellano de algunas autonomías como lengua vehicular
–El cierre de los colegios de educación especial
–La imposibilidad de educar a los niños en religión
–La eliminación de la escuela concertada
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