LAS NOVATADAS: ¿PODRÍAN CONSIDERARSE UNA FORMA DE ACOSO?

Cada septiembre arrancan los rituales universitarios y surge la pregunta de si las novatadas podrían considerarse una forma de acoso

 

Cada año son cientos los universitarios que adquieren el título de “novatos”, por el que tendrán que pagar soportando bromas, a modo de prueba para ser socialmente aceptados. Hasta aquí es donde manda la tradición que habitualmente tiene lugar en los colegios mayores. Sin embargo, cuando el asunto trasciende hasta el punto de ser noticia, es cuando nos planteamos si las novatadas podrían considerarse una forma de acoso escolar u hostigamiento. Al margen de tradiciones, habría que hacer un planteamiento serio por el que se prohibieran y penalizaran estas prácticas.

 

Si cambiar de colegio es una fuente de estrés para cualquier niño, temeroso de llegar a padecer bullying en su nuevo centro escolar, la vida universitaria puede ser tanto o más dura para unos estudiantes que todavía son adolescentes entre 17 y 18 años. La llegada a las aulas universitarias viene acompañada de todo un ritual de iniciación a través de las tradicionales novatadas: una serie de pruebas en forma de bromas de carácter pesado que, año tras año, realizan los veteranos a los nuevos alumnos.

 

(Vídeo de La Vanguardia)

 

Siempre polémicas, las novatadas cuentan con todo tipo de argumentos tanto para defenderlas como para rechazarlas enérgicamente, pero lo cierto es que en ocasiones las tradicionales bromas llegan demasiado lejos. Así se se ha visto recientemente en el vídeo de la bofetada al novato, en este caso, novata. El vídeo, que se ha hecho viral, tenido lugar en el Colegio Mayor Universitario Diego de Covarrubias de la Universidad Complutense de Madrid.

 

 

Puesto que algunas dejarán secuelas a las víctimas, las novatadas podrían considerarse una forma de acoso escolar producido entre universitarios.  En este caso la niña se quedó temblando y otros compañeros acudieron en su auxilio.

 

 

Abofetear en la cara con violencia a un novato es “para darle la bienvenida” ¿En serio?

 

 

Ambos alumnos han sido expulsados durante dos semanas y han generado el apoyo social de otros compañeros de ese mismo colegio universitario. La defensa de semejante vejación alude que es un ritual para integrarse y formar parte de la familia del colegio mayor.

 

El ritual de la bofetada, aplicado con crema de afeitar, se conoce como “hacer un Williams”, y en principio las dos partes están conformes. Aunque eso no justifica tampoco un hecho abusivo de tal magnitud.

 

 

Otros casos históricos: subastas de alumnos

 

Hace un par de años, fue la universidad de León la que nos sorprendió a todos con las imágenes de una “subasta” de alumnos novatos como “esclavos” de los veteranos: durante una temporada, el esclavo se ponía a merced del alumno más antiguo para llevarle libros, pasarle apuntes o incluso limpiar su habitación. Lo más grave del asunto fue que algunos de los novatos, en su afán de búsqueda de aprobación social y de recibir mayores pujas, terminaron por desnudarse ante un público universitario ávido de la carnaza de la humillación propias de las novatadas más abusivas.

 

 

Las novatadas podrían considerarse una forma de acoso en la medida en que producen la humillación de uno y las risas de otros.Tales imágenes deberían hacernos reflexionar sobre si no estaremos llegando demasiado lejos. En el caso concreto de la facultad de León los hechos también fueron reprobados tanto por el Vicerrectorado como por la Liga Estudiantil Universitaria, quienes no encuentran justificación a los hechos acontecidos, calificados por la gran mayoría como vejatorios. Pero la historia se repite en distintos escenarios cada año.

 

Es importante distinguir entre bromas y acoso. Las novatadas, aunque se supongan una práctica consentida, generan algunos comportamientos de abuso de poder y crueldad propios del acoso escolar.

 

Por qué debería terminarse con las novatadas

El final no deseado de algunas de estas novatadas, entre las que frecuentemente hay además humillación sexual y sexista podría considerarse un tipo de acoso o maltrato que dejaría secuelas traumáticas en el alumno que es víctima de ellas. La falta de denuncia se comprende por un pacto de silencio implícito y por el que ningún alumno debe condenarlas, sino aplaudirlas. Sin embargo, la realidad es que algunas novatadas crueles, además de peligrosas, como el emborrachar, privar de sueño, obligar a realizar actividades físicas y dominar abusivamente, son difíciles de entender como una forma de integración grupal.

 

 

Sorprende también el escaso número de investigaciones realizadas, tal y como apuntan Ana Aizpún Marcitllach (psicoterapeuta) y Ana García-Mina Freire (docente e investigadora de psicología), autoras del libro “Novatadas. Comprender para actuar”.  Las expertas entienden la ausencia de atención académica y social como un indicador de “la ambigüedad y el desconocimiento que rodea este fenómeno”. Una tradición entendida de forma diferente según las partes, aseguran.

 

 

“Los veteranos dirán que su función es integrar, y los novatos asimilarán que deben pasar por ello para ser aceptados”. Mientras que, por su parte, las autoridades educativas y la propia sociedad “reaccionarán en función de la gravedad percibida o de las consecuencias que generen”. La ausencia de investigación y literatura no debería, sin embargo, hacernos entender a todos que las novatadas con gran frecuencia atentan contra la dignidad y salud de las personas y se deberían erradicar.

 

 

Entre todos debemos plantar cara al acoso escolar, ya tenga lugar en los colegios o en las universidades.  Obtén información sobre el sociométrico de aplicación grupal BuddyTool aquí.  Un test para la detección del acoso y la evaluación de la convivencia escolar.

 

 

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