Facilitar un ambiente relajado en el que el niño se sienta seguro ayudará a estimular la creatividad en el aula

Vivimos tiempos de pandemia que han paralizado toda nuestra actividad normal, obligándonos a generar nuevos modelos de funcionamiento para todo.  Tratamos de recuperar lo que antes teníamos en nuestra vida y dábamos por supuesto, pero la realidad nos ha situado en una nueva posición.  La que hemos dado en llamar nueva normalidad nos ha dado pruebas de resiliencia y motivado a buscar soluciones, ya sean temporales o definitivas, como seguramente va a suceder en el ámbito laboral y educativo.  En este sentido, el teletrabajo y la educación a distancia seguramente se incorporen a nuestras vidas para siempre, alternándose con la fórmula más clásica y presencial. En esta coyuntura, nos hemos dado cuenta de la importancia de la adaptación y de estimular la creatividad en todos los entornos, pero muy especialmente en el de la enseñanza. 

Pensamiento lateral y creatividad

Hace años que conocemos la conveniencia del pensamiento lateral gracias a Edward de Bono.  Este psicólogo propone entrenar al cerebro a la práctica de una técnica con la que mejorar las habilidades de pensamiento y creatividad, huyendo de los formulismos de la lógica formal para encontrar nuevas soluciones a los problemas.  Su método se ha aplicado en estrategias corporativas y de gobierno, pero también en muchos colegios, fomentando la búsqueda de opciones alternativas gracias a estimular la creatividad.

¿Cómo potenciar la creatividad en el aula?

Según Arturo Juárez, experto en educación creativa e instructor de la plataforma de formación online Udemy,  existen algunas estrategias con las que destapar la creatividad en el proceso lectivo:

-No establecer reglas estrictas. Las reglas restringen, por lo que, en su lugar, es mejor emplear estrategias que promuevan la creatividad y desarrollen la inteligencia. Para dejarlas fluir, no se puede partir de directrices y, en ocasiones, los profesores se ciñen a técnicas que aplican con extremado rigor.

-Promover el razonamiento múltiple. No debemos limitarnos a unos cuantos razonamientos, debemos conocer e impulsar los diferentes tipos: inductivo, deductivo, abductivo, disruptivo, crítico, etc. Cuantos más ángulos de visión forjemos en el alumno, más creativo y resolutivo será.

-Apostar por una enseñanza por objetivos. Los exámenes de evaluación de objetivos forman parte del propio aprendizaje y, en este caso, un examen será más útil y beneficioso, en la medida en que coloque al alumno en posición de auto-análisis. Con ello, ampliaremos su criterio analítico.

“Las habilidades prácticas y del pensamiento deben ser desarrolladas, no nacemos con ellas. Por ello, los que formamos parte del sector educativo debemos apostar por impulsar estas grandes vertientes de la educación, que más que una posibilidad son una necesidad. Los resultados vendrán de inmediato. Y es que, toda idea, por sencilla que parezca, puede ser el inicio de una genialidad

(Arturo Juárez, profesor de Udemy)

Las técnicas como el brainstorming y el pensamiento aleatorio sólo serán posibles cuando se genera un ambiente de seguridad en el aula.  Para ello, esta debe estar libre de bullying, una de las principales causas de miedo al ridículo en los niños.  La aplicación de un test de acoso escolar o test sociométrico online contribuirá a su detección y erradicación.

-Emplear iniciativas que impulsen los pensamientos aleatorios. Para ello una buena técnica consiste en ofrecer al alumno tres palabras o frases cortas aleatoriamente. Se diseñan tres tablas según el tema del que se trate, con 25 variantes cada una; al distribuirlas aleatoriamente, se obtienen más de 15.000 combinaciones. A partir de ellas, deberá formar pensamientos integrales coherentes, encontrar interrelaciones por inferencias lógicas o matemáticas y producir ideas nunca imaginadas sin importar el grado de locura.

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