DÍA INTERNACIONAL DE LA EDUCACIÓN Y GENERACIÓN COVID-19

La pandemia ha generado una situación que hace temer por el futuro de la ya conocida como Generación Covid-19

Este pasado domingo 24 de enero aparecía señalado en el calendario el Día Internacional de la Educación.  El aniversario va ya por su tercera edición y, en esta oportunidad, ha tenido como protagonista inevitable a la pandemia mundial.  La crisis de la Covid-19 ha generado una situación que en la que se ha puesto a prueba la resiliencia de todos y cada uno de nosotros. La comunidad educativa ha sido de las más afectadas, al verse obligada a hacer el esfuerzo ímprobo de adaptarse a una nueva realidad, generando modelos de enseñanza flexibles e innovadores.    Los resultados de estos nuevos modelos educativos en versión remota aún están por ver.  Las consecuencias directas las vivirán, por su parte, los miembros de la llamada Generación Covid-19, sobre la que se teme pueda ser una generación perdida en términos de integración en el mercado laboral.

La “nueva normalidad” ha servido para estimular la creación de nuevos modelos educativos, incorporando la formación online como una fórmula más que, seguramente, se quede con nosotros para siempre.

Día Internacional de la Educación:  educar en tiempos de pandemia

En un momento de crisis como el que hemos vivido, y con miles de niños estudiando desde casa por estar los colegios cerrados, desde la UNESCO han querido lanzar un mensaje:  “La escuela no solo es un lugar de aprendizaje, sino también un lugar de bienestar, protección, nutrición y emancipación”.  Es por ello que la educación se ha de entender como “un derecho fundamental, además de como  el  instrumento más poderoso para el desarrollo”.

El lema de este año para el Día Internacional de la Educación ha sido “Recuperar y revitalizar la educación para la generación COVID-19”.

¿Cómo es la Generación Covid-19?

Por Generación Covid-19 nos referimos a aquellos niños en edad escolar y formativa, hasta los 20 años aproximadamente.  Estos han vivido la situación de la pandemia, adaptándose a ella en los mejores casos.  Decimos en los mejores casos, ya que no ha sido así en todos los países del mundo.  Los países más pobres son los que han sido más fuertemente abatidos, generando situaciones de abandono escolar en mayor medida.  El resultado a largo plazo abundará en acentuar cada vez más las situaciones de pobreza y el riesgo de exclusión de los más vulnerables.

En nuestro país las cosas ya estaban difíciles para acceder al mercado laboral, pero con la crisis del coronavirus, los jóvenes tienen un panorama cada vez más desolador

De entre este grupo o Generación Covid-19 se teme muy especialmente por los de mayor edad.  Estos se encuentran en ese momento de la vida en que deben dar el salto a lo profesional y a la emancipación propia de la adultez. Sin embargo, la situación particular producida por la pandemia ha generado una recesión económica que pone serias trabas al desarrollo de sus competencias laborales y personales propias de su etapa  de desarrollo  vital. 

La formación online y la brecha educativa

Las fórmulas de formación en remoto o en streaming, que a priori son una buena solución,  han destapado sin embargo una brecha educativa agravada por la pandemia.  Esta dificulta  la inclusión de los menos favorecidos, al contar con pocos medios para acceder a los dispositivos y a conexión necesaria para ejercerse la educación online.

En algunas familias sólo se cuenta con un ordenador, y esto hace muy difícil la aplicación de la modalidad de enseñanza online.

Otras consecuencias derivadas de la formación en remoto son la falta del componente social tan necesario para su desarrollo, el sedentarismo, y el desplazamiento del acoso escolar al ámbito digital en forma de ciberacoso, que se puede detectar a través de la aplicación de test de acoso escolar.

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