ACCIONES PREVENTIVAS DEL CIBERACOSO EN EL CONTEXTO ESCOLAR
Una de las grandes paradojas de la evolución tecnológica es que compone situaciones de riesgo que exigen acciones preventivas del ciberacoso
Cada vez es mayor la preocupación que trae consigo el peligro del acoso escolar en combinación con las nuevas tecnologías, también conocido como ciberacoso o ciberbullying, puesto que multiplican el alcance del daño causado. Prueba de ello es que, desde la administración de diferentes países, y siguiendo el ejemplo de Finlandia con el Método Kiva, comienzan a llevarse a cabo protocolos de prevención y actuación. Ejemplo de ello es el protocolo de actuación diseñado por la Junta de Andalucía dentro de las acciones preventivas del ciberacoso.
La involucración de la administración y la dotación de recursos todavía es insuficiente, a juzgar por algunas investigaciones recientes, como la del informe de Amnistía Internacional, aunque algo se comienza a hacer.
Trabajo multidisciplinar para erradicar el acoso escolar y el ciberacoso
Diseñar un protocolo efectivo hace necesario contar con un grupo multidisciplinar de expertos entrenados en las actuaciones específicas a tomar en cuenta en los centros escolares en los que se detecte la práctica de este tipo de hostigamiento, también conocido como ciberbullying. Estos profesionales comienzan en el colegio (educadores, profesores, orientadores…), y continúan con asesoramiento y atención fuera de la escuela en el ámbito de la asistencia social, psicológica, médica y jurídica.
La comprensión del acoso escolar y de su versión tecnológica en el ciberbullying necesitan una intervención multidisciplinar
Concretando actuaciones
Partiendo de la idea de que las TIC ofrecen amplias posibilidades en el campo de la educación, del aprendizaje y del desarrollo de la propia identidad a través de la comunicación con los demás, se trata de minimizar las situaciones de riesgo que puedan conllevar, no de prescindir del uso de las nuevas tecnologías.
Otros riesgos implicados en las TIC, además del ciberbulling, son el grooming o la práctica del sexting
Las TIC, paradójicamente, permiten un amplio abanico de situaciones de acoso: unas veces del adulto al menor (grooming), y otras veces entre chicos de la misma edad. Con este informe se aclaran y concretan las actuaciones a seguir en el protocolo, que en el caso de grooming se supeditan a “la prevención y, en su caso, a la detección temprana y el asesoramiento a las familias o tutores legales sobre las medidas a adoptar y el procedimiento a seguir para la denuncia de los hechos”.
El protocolo diseñado por la Junta de Andalucía contempla, entre otras, “las situaciones de acoso a través de medios tecnológicos o ciberacoso, siendo de aplicación en los casos de intimidación, difusión de insultos, amenazas o publicación de imágenes no deseadas a través de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación”.
Las acciones preventivas del ciberacoso necesitan de una buena evaluación inicial para detectar los indicios del acoso escolar.
Evaluación y denuncia
Una vez identificada la situación de acoso a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), el protocolo propone una evaluación exhaustiva a través de todos los agentes implicados, así como la comunicación de la situación a la inspección educativa, incluso adoptándose medidas de urgencia si se estimaran necesarias para la protección del menor.
En todos los casos la dirección del centro habrá de elaborar un informe tras analizar toda la información aportada por las distintas fuentes, en el que se recogerá información completa relativa a los actores y víctimas del acoso, naturaleza e intensidad de los hechos, duración en el tiempo y pruebas o evidencias, entre otros datos. Uno de los propósitos de este informe pretende ser la valoración del centro sobre la necesidad de comunicar o no el caso a la Fiscalía.
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